Montserrat, 26-12-1938
A Francisca Lladós
Querida amiga: Ayer me fue transmitida
desde Ribes tu carta del día nueve, que con su placentera lectura me
proporcionó un rato agradabilísimo e hizo resurgir el vívido
recuerdo de aquel día feliz que pasé en vuestra compañía.
Como puedes ver no ha podido
cumplirse tu deseo de que mi estancia en aquellos parajes
encantadores fuera larga, pero por suerte el cambio de aguas no ha
sido inconveniente porque sigo mejorando y conservando el hambre. En
cuanto a las bellezas del paisaje, aunque de una naturaleza
completamente diferente no dejan de ser también de gran
magnificiencia. Desde estas fantásticas cimas se disfruta de un
espléndido panorama, con una larga cadena de montañas y un
inmenso llano sembrado de pueblecitos y verdor y regado por el
industrial río Llobregat. Días atrás que no había tanta guardia
fui a dar una vuelta por un jardín de aspecto austero que hay detrás
del monasterio, causaba una gran sensación de bienestar y placidez
recorrer las largas avenidas bordeadas de cipreses e interrumpidas de
vez en cuando por estatuas de mármol y alguna fuente de piedra que
entonaba la rítmica canción del agua. Al llegar al extremo del
jardín una visión maravillosa se abrió delante de mis ojos: bajo mis
pies una alborotada mar de nubes de las que emergían algunos picos de
roca parecidos a solitarios islotes y en el fondo y destacándose del
transparente azulado del espacio, surgía la blancura rosada del
Pirineo en una larga extensión. Pero no se puede describir ni hacer
comprender con palabras una visión que casi parecía de ensueño.
Me alegro que el susto que os dieron
en vuestro viaje de vuelta no tuviera más consecuencias
desagradables. Verdaderamente, después de la carrera que tuvisteis
que hacer para coger el tren habría sido lamentable que os hubieran
dejado abandonadas en cualquier rincón de la provincia de Gerona,
como náufragas en medio del océano y sin más recursos de
locomoción que vuestras piernas. Afortunadamente veo que todo fue
bien y que os ahorrasteis el tener que caminar.
Deseo que hayas celebrado los
temidos exámenes con tanto éxito como es de
confiar y que disfrutes ya de unas
vacaciones bien ganadas.
Recibe mi mas afectuoso saludo
Florenci Maimó
A Teresa Lladós.
Apreciada Teresa: Te agradezco mucho
tus líneas y os felicito por el buen éxito del retorno. No puedo
contarte gran cosa de mi vida actual pues ya lo leerás en la carta
que dirijo a Francesca. No obstante tengo la satisfacción de poderte
decir que estoy cada vez mejor y más animado.
Ayer tuve la satisfacción de poder
pasar un buen día de Navidad, acompañado de mi madre y hermana
Antonieta. ¡Nunca habría podido esperar pasarlo tan bien en las circunstancias
actuales...!
Mª Mercê ya me informó de la
liberación de Lluís que me causó una inmensa alegría y gozo y le
reescribí enseguida dándole la enhorabuena.
Estuve muy agradecido de vuestras
amables y esplendidas ofrendas, pero os ruego no os molestéis más
sacrificándoos por mí. Gracias por todo.
Recuerdos a tus padres y a Carmen.
Con afecto
Florencio
No hay comentarios:
Publicar un comentario