lunes, 4 de marzo de 2013

Florenci Mimó 13 de enero de 1939




Montserrat, 13 Enero 1939
Querida Francesca: tu carta animada y optimista ha venido a apartar unos momentos la monotonía de mi vida de hospitalizado que se reduce a las mismas vulgaridades de cada día. Debido al gran número de hospitalizados que llegan continuamente, se han visto obligados a aprovechar todas las salas para poner camas y seguramente que también destinarán el local donde hacían las representaciones teatrales para este objetivo; por este motivo ya hace una serie de días que no nos obsequian con espectáculos.
Y, ¡mira qué lástima! Ahora que han quitado las guardias y podría circular libremente por estos tentadores parajes, las órdenes rigurosas del doctor me obligan a estar recluido como el más penitente de los anacoretas, sin poder ir a la búsqueda de bellos puntos de vista; un par de veces que he intentado hacer alguna inocente escapatoria por la soleada plaza, el voluminoso y pesado cuerpo del “matasanos “ apareciendo por sorpresa me ha obligado a camuflarme deprisa en cualquier portal o rincón. Actualmente es muy peligroso desacatar las órdenes que nos dan.
Pero no creas que me quejo de mi actual situación ni que deseo que mi suerte cambie. Cuando pienso las terribles penalidades que me he ahorrado estando alejado del frente esta temporada, bendigo mi fortuna.
Mensajeros del frente han venido a traerme deplorables noticias. Unos compañeros de mi compañía recientemente llegados a este hospital. División a la que pertenecía entrada ya en combate ha sufrido un terrible quebranto, siendo muy doloroso saber que muchos de los compañeros con los cuales había convivido tantas horas amargas han dejado ya de existir o están heridos o prisioneros. La primera compañía a la que pertenecían Prunés y otros Sabadellenses han quedado totalmente copadas por el enemigo; afortunadamente los dos compañeros de Sabadell con quienes siempre íbamos juntos no han sufrido hasta ahora ninguna desgracia. Es desesperante leer cada día en el comunicado oficial de guerra que nuevos pueblos de nuestra bella Cataluña van cayendo con el sacrificio inútil de tantas vidas bajo el peso de la invasión. Si no has visto ninguna población que haya sufrido de lleno los horrores de la guerra no puedes imaginarte el espectáculo desolador que presentan; si siguen apoderándose por la fuerza brutal de nuestra amada región,  ésta quedará arrasada como el paso destructor de los bárbaros de Atila.
Pero he hecho mal en contarte cosas tan dolorosas que puede ser te hayan puesto pesimista; pero estaba todavía bajo la influencia de las recientes noticias, y te lo he dicho impulsivamente, pareciendo que el corazón se ensanchaba un poco pudiendo contar los pesares a una persona que te comprenda y aprecie.
Y venciendo el pesimismo hay que esperanzarse, pensar que una tragedia tan grande no puede alargarse más y que una aurora brillante de paz y bienestar se aproxima para compensarnos de las muchas penalidades que hemos sufrido; que podremos de nuevo vernos todos juntos y reunidos, disfrutando de la alegría de vivir.
Que placenteras debían resultarte las vacaciones al lado del mar con la alegría de un examen satisfactorio y con nuevos ímpetus para recomenzar la vida estudiantil. Ahora bien, con la movilización de tantas nuevas quintas casi no deben quedar profesores...
Me has hecho anhelar con tu acertada y vibrante descripción del mar, nuestro azul e inigualable mar Mediterráneo; es cierto que como la montaña no hay nada, ya que a cada momento presentan nuevas sorpresas y atractivos, pero el mar, con su eterna y amorosa canción invita a balancearse plácidamente sobre sus deslizantes olas y abandonarse al reposo y a la meditación.
Mi salud sigue inmejorablemente en esta montaña donde el clima es también tan sano y confío que pronto bajará el rigor de las órdenes del médico y podré ir a hacer exploraciones por estos lugares.
Espero con impaciencia la carta de Teresa ya que me ha hecho tener curiosidad con vuestra insinuación: “la solución mañana”. ¡Paciencia!...
Muchos y afectuosos recuerdos a todos tus familiares y tu recibe un cordial saludo del amigo
F. Mimó

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