viernes, 27 de diciembre de 2013

Rogelio Izquierdo 2 de Abril de 1939




III Año triunfal Ciudad Real, 2-4-1939
Buena amiga Francesca: tu carta me produjo una gran alegría, y... te felicito, has logrado que la lea repetidas veces y por lo tanto que recordase más aquel ambiente tan agradable o sea como tú dices “nuestro ambiente”.
Tal como te temías, el 10 del pasado salimos del pueblo de las “lagartijas”, para venir a parar a estas tierras escenario de las aventuras de Don Quijote. Ahora estoy de guarnición en la capital manchega después de pasar el Tajo por Toledo y de hacer varias largas caminatas.

Vino la primavera, y ella nos trajo la paz, ¡qué palabra más bonita!, tan largo tiempo de dura lucha ansiando poder pronunciarla y ahora... ya la tenemos, ya podemos decir con toda satisfacción “La guerra ha terminado”, nuestra vida errante de campaña cesa, para emprender otra vida nueva de tranquilidad y trabajo. ¡Qué la paz sea para siempre!
Alabada sea la bella estación de las flores, que con el buen tiempo, nos ha traído el bienestar. Pronto se empezará a dar el licenciamiento a algunos reemplazos, y …quien sabe, quizás con ellos entre también el mío, en tal caso ¡no he de decirte nada!, poder volver a aquella vida de trabajo y tranquilidad junto con los familiares y con vosotros los amigos, quizás aún esta primavera podamos reunirnos muchos de aquellos que tantos días agradables habíamos disfrutado juntos.
Desgraciadamente son muchos los buenos compañeros que han caído, pues aunque nada más hubiera sido uno , ya era bastante para decir mucho. Pero nada podemos hacer, que en paz descansen tan buenos amigos, es la única cosa que les podemos desear.
Hablar de faltas ortográficas, de carencia de “inspiración” y de traducir el pensamiento al idioma de Cervantes. No te preocupes de todo eso, escribe sin miedo, yo no veo las faltas y lo que puedas poner, todo es muy interesante para mí, seguramente yo hago muchas más faltas, pero… qué importa, creo que entre nosotros hay la suficiente confianza para no fijarnos en tal cosa.
Me alegro mucho de que Magda esté otra vez cerca de vosotros, darle recuerdos de mi parte y dale que sentí mucho no poder verla, pero que espero poder volver pronto por ahí.
Ya me dirás como te prueba el nuevo domicilio, también dime algo de Renom, Muntasell y demás amigos que no estaban en esa cuando vine yo.
Da recuerdos a todos los demás compañeros, a tus padres y hermana y tú recibe el saludo más afectuoso de tu ahijado,

Rogelio Izquierdo.

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