Terrassa, 23 de Diciembre de 1942
Señorita Francesca Lladós
Sabadell
Querida amiga Francesca: En contra
de mi voluntad he de coger la pluma para comunicarte una contrariedad
que me acaba de surgir y que temo me impedirá cumplir lo que ayer te
prometí con referencia a una nueva visita mía para el domingo.
Estoy seguro de que al leer esto,
en tus deliciosos labios se dibujará aquella risita tuya tan difícil
de describir pero en cambio altamente elocuente para quien te conoce
como yo; si reirás incrédula, pues te imaginarás que me he
enfriado en mi propósito o bien que puede ser que tenga algún
compromiso que bien podría ser de tipo femenino.
De ninguna manera podría
renunciar yo a pasar unas horas deliciosas en tu compañía, unas
horas que harían revivir en mí la ilusión de que me quieres, pero
¿por qué hablarte de amor a ti que tienes el corazón frio y por lo
tanto insensible a sus emociones? No, no quiero cansarte con esto,
pues sé que tengo que considerarte a mis afectos como a “La
amiga eterna”.
El motivo de todo esto es que un
amigo mío ha tenido el mal pensamiento de contraer matrimonio el
próximo domingo y como podrás comprender no puedo rehusar su
invitación so pena de incurrir en la infracción de los más elementales deberes de la cortesía y la buena amistad.
Sólo este es el motivo
que me obliga a aplazar la visita para otro día que haré lo
imposible para que resulte festivo.
Y ahora, dicho esto, no haré otra
cosa que despedirme repitiéndote mis deseos de que pases unas buenas
Fiestas y de que el próximo Año Nuevo sea precursor de gran
felicidad.
Recibe el afecto de tu amigo,
Ramón.
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