Lugo, 4 de Marzo de 1943
Señorita Francesca Lladós
Sabadell
Querida amiga: Como podrás ver
por el encabezamiento, me encuentro vegetando desde hace ya cerca de
dos meses por estas acogedoras tierras gallegas..
Tengo la seguridad de que hasta me
odias con todas tus fuerzas siempre que debes recordar las fechorías
de que te he hecho objeto de manera más o menos consciente.
Perdóname, pues ni yo mismo sé
el origen de mi fresco comportamiento; un cúmulo de incertidumbres y
de pensamientos descabellados han atormentado mi espíritu
últimamente; creí que era mejor no verte pues una entrevista
contigo siempre, además de agradable, me ha resultado
pesada y sin sentido de ningún
tipo.
Dentro de mí conservo, todavía,
un poso de ternura del cual eres tú la principal accionista. Es muy
violento para mí el verte tan fría y constatar que te soy
indiferente.
Poco te veré, nada más lo justo
que la cortesía exige y basta; en cambio te escribiré sin
miramientos.
Eres para mí una confidente; como
si dijéramos. la prolongación de mi persona.
Puedes creer que ningún otro
mortal goza de la confianza que te tengo depositada y siempre me
falta tiempo para explicarte mis éxitos y mis fracasos.
Tú has sido el primer fracaso en
mi existencia, un amor imposible de llegar a término por razones
absurdas.
Ahora eres mi mejor amiga pero
sufro a tu lado.
¿A qué viene todo esto? No lo sé.
Hace un momento que estoy reflexionando y he sentido la necesidad de
coger la pluma y escribirte, vaciar sobre el papel mis tribulaciones
y darte de esta extraña manera señales de mi nueva vida.
No quiero cansarte más con estos
alocados pensamientos y te diré que el motivo principal de
escribirte ha sido mi deseo de hacerte constar mis felicitaciones por
tu cumpleaños que espero pases felizmente y con la ilusión de mi vida.
Tengo el tiempo muy justo y he de
emplearlo en escribir a todo el mundo. Más adelante seré más
extenso con referencia a mi estancia en Lugo.
Si quieres y puedes contéstame a
Alcalá pues cuando esta llegue a tu poder ya me encontraré en
aquella ciudad.
Recuerdos a todos los amigos y
familiares tuyos, y tú recibe como siempre la prueba de mi afecto,
Ramón.
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