ARMA DE AVIACIÓN
ESCUELA DE ESPECIALISTAS
MÁLAGA
2 de Abril de 1940
Año de la Abundancia
Señorita Francesca Lladós
Sabadell
Muy recordada primita: Digo lo de
primita porque según tu carta el señor Escoda es el tío colectivo y si así es resulta
que todos somos unos "primos". Posiblemente al recibir la mía lo
primero que pensaste es que estaba un poco loco, pues eso de enviar
un recorte de periódico sólo lo puede hacer un tonto; en efecto puede
que lo esté ya que detrás de la política, no paro ni un momento,
bien, se entiende que la política internacional, pues ya sabes que
la de España no me interesa pues ahora estamos en la gloria. De
todas maneras se dice: ¡España Una! y a mí me gusta más la otra,
pero que le vamos a hacer, tenemos que elevar esta cuanto más arriba mejor.
Estoy muy intrigado porque todavía no he tenido carta del tío, esto
me hace suponer que alguien la ha interceptado.
Por lo que veo, estás convencida que
he pasado la Pascua en casa, desgraciadamente no nos dieron permiso y
tuve que quedarme a ver las procesiones de la Semana Santa andaluza.
Mucho me hubiera gustado el poder acompañaros a Suria, pues habría
evocado nuevos recuerdos. Dichosos de vosotros que lo podéis hacer;
día vendrá en que podremos reunirnos todos de nuevo, para poder
forjar una España que aunque no tan grande y libre como la de ahora
esté más en consonancia con nuestros gustos.
Ayer y durante el “desfile de la
Victoria” se vio el ánimo que tiene el pueblo que por cierto no
puede ser más aguado.
El domingo jugamos aquí con los del
Sabadell FC, el campo estaba lleno de un público chillón y
fanático, exaltados la mayoría de espectadores por las enormes
cantidades de vino que meten entre cabeza y cuello. Entre el
ruido se levantó la voz de todos los catalanes que allí estábamos.
Instantáneamente un alférez quiso
meter mano pero fracasó porque después de mucho discutir llegó un
teniente que nos dio la razón diciendo que Franco no prohíbe hablar
a nadie.
Veo que movido por mis sentimientos
he hecho una carta que Dios me libre de caer en manos de la censura.
Cuando escribas al tío ya le darás
muchos recuerdos míos, diciéndole que no le olvido.
En cuanto a ti ya no sé que decirte
de nuevo que valga la pena de contar, por lo tanto no me queda más
remedio que enviarte un cordial apretón de manos que te recuerde mi amistad.
Ramón.
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