Málaga, febrero del 1940
Señorita Francisca Lladós
Sabadell
Nunca olvidada amiguita: Yo también
me hago el despistado. Ya he recibido tu carta del 4. Te adjunto otra
foto un poco mayor para que estés contenta. Ya te dije en otra que
no es menester que me escribas tan a menudo aunque yo quisiera tener
carta tuya cada minuto, y además no te preocupes por la foto pues si
quieres asesina a alguien y te fotografiarán gratis.
Siguiendo tu consejo que me ha
parecido de primera, he mandado una carta al señor Escoda, una carta
corta y un tanto tonta pues no sé aún cómo debo hablarle dada su
delicada situación.
Al final de tu carta he visto un (1)
misterioso y la palabra “acertaste”, en verdad que me baila el
paraguas pensando en el significado del dichoso manuscrito; procura
aclarármelo en tu próxima. Quiero hacer patente mi disconformidad
con lo que dices referente a la foto.
Con tu gracia natural es imposible
que quedes mal en foto alguna y sea de la clase que sea, y conste que
no hago jabonera pues digo la verdad.
Ahora procuro reducir mi
correspondencia al mínimo pues ahora, como puedes ver, nos dejan
pagar sello y como comprenderá tu claro entendimiento mi bolsillo
sentiría una gran tristeza si tuviera que continuar mandando 4 ó 5
cartas cada día como hasta la fecha he venido haciendo; pero sin
embargo para estos contratiempos siempre tendré un sello y humor
bastante para corresponder las cartas, que como las tuyas, me merecen
toda la consideración y afecto por no decir más.
Mi “capi” ya se niega a
suministrarme más materia para escribirte, por lo tanto saluda a
Serra y todos los componentes de esta Familia feliz, a la que yo me
honro en participar en más o menos parte.
Recibe un cordial apretón de manos
de tu amigo
Ramón
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