Málaga, 16-11-39
Señorita Francisca Lladós
Sabadell
Apreciada amiguita:
Acabo de recibir tu carta-ultimátum
del 11 del corriente y me apresuro a acusar recibo de ella puesto que
se lo merece. Aunque yo esperaba algo así no suponía ni remotamente
esto, pero en fin, tu dispones y no volveré a hablarte de mis
pasiones ya que tan refractaria me resultas. Es inútil que te
exprese el esfuerzo de voluntad que tamaña cosa significa para mí,
pero no me queda otro remedio que dominar mis sentimientos.
Continuando la lectura de tu carta, he visto que me enjabonas
bastante, quizá con el laudable fin de quitarme el amargo sabor que
hayan podido causarme tus autoritarias palabras.
Mucho siento no poder complacerte en
lo que me solicitas, aunque no seas tú quien me lo pida, puesto que
son ellos, no puedo
acceder, pues no me encuentro con bastante lucidez mental para
escribir esto, pues no sabría en el verso o dedicatoria ocultar mis
sentimientos que ahora se han reafirmado hasta el máximo admisible
por una serie de circunstancias que tu que me conoces ya puedes
imaginar, por lo tanto, por la presente me solidarizo como el primero
en cuantos actos se organicen a iniciativa vuestra y también quiero
que sirva para notificar a los familiares de estos mártires la
expresión de mi más sentido sentimiento.
Esperando tus noticias y sin otro
particular me despido de ti dándote muchos recuerdos para todos los
amigos que en buena hora nos conocimos, y tu recibe la expresión de
mi más cordial amistad
Ramón.
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