Campaña 8 Diciembre
1938
A Francesca Lladós
Sabadell
Amiga: llegados a nuestro
destino, lo primero que hago -es decir, lo primero después de
comer- es escribirte cuatro líneas para informarte que ya no
estamos en el mismo sitio que estábamos. El viaje, por suerte sin
ningún incidente, resultó un poco largo. Actualmente estamos entre
dos pueblecitos de la misma provincia en la que estábamos, y en una
masía, que si bien no reúne las condiciones que se pueden desear,
está bien situada –cerca de la carretera-, y desde ella se divisa
un paisaje airoso. Los algarrobos la rodean, y los olivos la adornan.
Ahora, al volver del
permiso, uno recuerda los momentos pasados entre las personas
queridas y amigos, y la melancolía se apodera de nosotros… ¿Quién
sabe cuando nos volveremos a ver?... pero así es la vida, la guerra.
Cuando te vaya bien,
puedes pasar por mi casa –y tuya-, c/Ferràn i Clua, 14, a recoger
los negativos que me pediste; van acompañados de una fotografía.
Francesca, quiero
recordarte, que un día te hablé de mis sentimientos, y si bien no
me diste ninguna esperanza positiva –como recordarás- me dijiste
que más adelante quizás nos entenderíamos. Han pasado algunos
meses, y ahora nuevamente vuelvo a ti como entonces y pregunto:
Francesca, ¿crees tú que reúno las condiciones necesarias para
hacerte feliz?... Respóndeme francamente. Tú ya me conoces. Yo soy
“el
mismo”
que antes. Si lo que te digo te ofende o molesta dalo por no dicho.
Comprende que me interesa en gran manera, pues de tu respuesta
depende uno de los acontecimientos más grandes de mi vida.
Desde que me he
incorporado, esta idea hierve en mi pensamiento, y ha sido tu
recuerdo el que en más de una ocasión me ha dado ánimos. A veces
he pensado –y no sé porqué- que seré correspondido, y otras –y
tampoco sé porqué- me he visto poca cosa para ti… Esto y el
haberte visto el pasado lunes es lo que me ha hecho decidir a
decírtelo, -mejor dicho- a recordarte lo que un día te dije.
Francesca, por una vez te ruego que me tomes en serio. Sea cual sea
tu respuesta, pienso que por tu parte no hará variar en nada nuestra
buena amistad.
Espero tu respuesta con
ansiedad, si es buena para mí,… y si no, esperaré…
Bien Francesca, me
despido; pienso que no por esto dejarás de responderme… Con un
fuerte apretón de manos, del que desea ser considerado más que un
amigo
Francesc Raspall
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