Clínica Militar E. Montserrat, 10 septiembre 1938
A Francesca Lladós
Sabadell.
Amiga Francesca: Antes
que nada, aunque pienso que ya te habrás enterado, debo comunicarte,
que el día 19 de agosto caí herido de metralla en la cara. Después
de estar en Tarragona y Vilafranca, ahora me han llevado a Montserrat
¡a nuestro Montserrat!...
La herida fue muy poca
cosa por lo que podía haber sido y ahora cuando ya ha curado no me
quedan casi señales, y las que han quedado son muy pequeñas.
Pienso que, ahora, debo
excusarme por haber tardado tanto en hacerte saber de mí, pero
espero que te hagas cargo y sabrás perdonar.
Te haré un pequeño
esbozo de lo que hacemos por aquí, pero antes, una aclaración. Los
que como yo, ya casi estamos curados no estamos en el Hospital,
estamos en rehabilitación. Es como en un cuartel.
Por la mañana nos
levantan a toque de diana (las 7 y ½) desayunamos. A las 10 hacemos
teórica militar. A las 11 gimnasio al aire libre, en una roca plana
que hay encima del monasterio (a la derecha del gigante encantado)
desde donde se ve la gran planicie que domina nuestra montaña. A las
12 baños de sol (cuando lo hay). Descansamos media hora y vamos a
comer (buena comida). Después de comer tenemos tiempo libre hasta
las 4; después salimos a otro llano y jugamos a futbol, corremos,
etc; ¡no tenemos baloncesto! ¡Lástima! ¿no?...
A veces, y cuando nos
toca, vamos a acantonamiento, y entonces varía totalmente el
programa que más arriba te detallo.
Nos levantamos a la misma
hora y después de desayunar, nos dan la comida y yendo de excursión
por la montaña, visitamos las cuevas, subimos a los funiculares, es
decir disfrutamos de la vida de campo, plenamente. Volvemos a cenar y
al ir a dormir uno queda satisfecho de la jornada que ha pasado y
espera la próxima con muchas ganas.
Pasando a otro asunto.
Por ahí en Sabadell se ha dicho que estoy malherido e incluso que me
habían amputado una pierna; cuento contigo para que aclares el
asunto a los compañeros que pregunten por mí.
Y… por hoy nada más.
Recibe un apretón de manos de este compañero que no te olvida
Francesc Raspall
Por el momento no
contestes, hasta que te vuelva a escribir que será pronto.
Recuerdos a tu hermana y
a los amigos.
Quizá vaya a Sabadell,
en este caso, ya nos veremos.
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