Año de la Victoria. La Puebla, 26-4-1939
Estimadas amigas: recibí vuestra muy amable carta, y espero que no
sean tanto los días en que tardéis a escribirme otra vez; no lo
haré nunca más eso de ser tan poco extenso, pero es que hay casos
que no puedo remediarlo, ¿verdad que me escribiréis pronto? Sí,
gracias.
Tenéis razón en decir “un envidiable partido”, pues
verdaderamente os lo envidio, hace mucho tiempo que no he jugado y
tengo muchas ganas de poder tirar otra vez la pelota a la red, estar
entre vosotros y volver a aquellos tiempos, que yo también afirmo
que volverán. ¡El que diga lo contrario es un embustero! (aplausos).
No está bien poner que no encontráis posibilidad de
confeccionar una carta larga, sois tres, suponiendo que la Turi no os
ayude y ¡vaya!, con el tiempo que habéis ido al colegio podríais
haber escrito el doble ¡y decís de mi! La Serra hace unas letras
tan grandes y con tanto margen y separación, que llena el papel de
una manera rapidísima, con eso y descontando los repetidos “sabrás”
creo que una cuartilla os habría sido suficiente. Así es que no
tenéis razón en decirme que escribo poco, y ya sabéis lo que os
toca, escribir más a menudo.
A pesar de que parezca un jeroglífico, la he entendido, y si no
fuera porque el señor censor se enfadaría, os escribiría de manera
que tuvieseis que leerla varias veces para lograr entenderla. ¡ya se
acabará la censura!.
Os creía jugadoras incansables y… con cuatro minutos de
juego ya os rinde el cansancio ¡qué barbaridad! Si no os dais cuenta
os pasa el partido sin tan sólo pensar que lo habíais de hacer.
Espero estar con vosotras cuando repitáis el espectáculo, para que
no se me escape tal diversión (no sé si son protestas o aplausos).
También por aquí, aunque estamos en un lugar aislado de todo
pueblo, hemos tenido un par de días divertidos, si así se puede
decir. Un lucido festival con concursos de salto de altura, carrera
pedestre y de sacos, lucha, canto y otros divertidos juegos, se
tiraron cohetes y todo. Ahora... no os riais, yo me apunté para tomar
parte en el juego de chocolate, y como este se suspendió participe
en el de la carretilla ¿sabéis cual es? Consiste en un equipo de
dos jugadores, uno se apoya con las manos en el suelo, el otro lo
coge con los pies y le empuja hacia delante de manera que el primero
se ve obligado a caminar con las manos. Asombraros, si no es porque
el que hacía pareja conmigo y yo, nos confundimos cuando dieron la
salida, hubiéramos llegado los primeros, pues aunque salimos los
últimos del punto de partida al llegar a la meta teníamos el
segundo o tercer lugar.
Al
terminar los juegos y como el mejor para mí, me entregaron vuestra
amable, y extensa (eso es un decir) carta junto con otra de la amiga
Lladós, me produjo gran alegría, pero me pongo triste cuando pienso
que decís que tardaréis 120 días en volver a escribirme. ¡Ah! os
habéis equivocado al multiplicar 4 por 30, pues no sé si sabéis
que el que inventó tal operación, también se equivocó y hay una
enmienda en esa regla que dice: 4 x 30 = contestar a vuelta de
correo, ¿verdad "ratitas" que lo haréis así?
Sin
nada más que poneros hoy, pues llegaría al membrete impreso que hay
al pie de esta, cosa que quiero evitar, no la despedida.
Daréiz
recuerdoz
a las amigaz
Arderiuz,
Homz,
Turi y demáz
compañeroz,
y vosotraz
recibir
el máz
cordial,
afectuozo
y cariñozo
zaludo
de vueztro
amigo que no
oz
olvida,
Rogelio
Izquierdo
POR
FALTA DE PAPEL HAGO SERVIR ESTE QUE ME HAN REGALADO
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