viernes, 10 de enero de 2014

Rogelio Izquierdo 12 de Mayo de 1939


Año de la Victoria, La Puebla, 12-5-1939
Simpática amiga Francesca: acabo de recibir la tuya del 2, que se ha juntado con la del 22 de abril, que me llegó hace tres días. Estoy contento con que me escribas cinco letras, como tú dices, en vez de cuatro, aunque quizás yo nada más te ponga cuatro y cortas, pero es que aquí se suceden los días de una manera uniforme, lo único que puedo hacer, es explicarte lo que hacemos durante un día, e imagínate que los demás transcurren exactamente de la misma manera.
Por la mañana, a las 6 toque de diana, o sea, levantarse (que te parece si somos madrugadores), media hora más tarde, el de “fajina” a desayunar, 15 minutos después, un rato de gimnasia y descanso hasta las 10; lo aprovechamos para lavarnos la cara, limpiar y coser la ropa si es que esta lo requiere, pues siempre cae algún botón o se hace algún rasguño. Una vez aseados, se nos pasa revista de “policía”, que consiste en comprobar si realmente tenemos cuidado de la ropa y vamos debidamente limpios; otro rato libre, y a la instrucción teórica militar, hasta pocos minutos antes del toque de “fajina”o distribución de la 1ª comida. Comemos bastante bien, muchos garbanzos, pero con variedad en el segundo plato, unos días carne, otras pescado o huevos y, también postres como arroz con leche, naranjas, mermelada o higos. Así pasa la mañana.
Después de comer, es cuando más tiempo libre tenemos: hasta las 4, que formamos para la instrucción práctica, cerca del “cortijo”cuartel, hora y media marcando el paso, haciendo un largo descanso, intermedio, y alto, sin nada que hacer ya, más que formar para la cena y pasar lista; generalmente es a la hora de silencio (las 10) cuando vamos a dormir. Los enlaces tenemos puesto de guardia durante la noche, así que un día a una hora y otro a otra hora más tarde, soy despertado por un compañero para cumplir una hora con mi deber de centinela. Así todos los días, menos los festivos que no hay instrucción, y otros que nos toca servicio todo el día.
Leer todo esto, no te será muy agradable, aunque mi intención sea lo contrario, la de distraerte también un poco, pues según veo por tus cartas te hace falta algo de eso, debéis pasar muchos ratos sin saber como distraeros. Lo comprendo perfectamente, ha sido un cambio de vida muy diferente el pasar de la agitada y alegre vida estudiantil, a la monótona y quizás, aburrida de un “en busca de trabajo”. Una cosa parecida me sucede a mí, aunque vosotras tenéis ventaja, pues no os faltan libros para leer , podéis escuchar las emisiones de la radio y sois libres en todo momento de ir a donde os plazca. De todas maneras os deseo que encontréis pronto colocación para poder trabajar , y entonces sí, que escribirás optimista.
El amigo que te trajo mi postal, no ha de volver aquí, seguramente que no lo conocerás, se llama Calungo, era jugador de fútbol en el equipo del Sabadell , vive en la calle Gracia nº 70; no hace falta que te molestes en visitarle, solamente estuve unos momentos con él.
Mucho me gustaría poderos acompañar en vuestras excursiones, pero ya llegará a su debido tiempo, ya que tengo intención de practicar el excursionismo tanto como me sea posible.
¿Entregasteis el material?, es una lástima después de los esfuerzos que nos costó poder reunirlo; supongo que la pelota todavía la tendréis, ¿no?, sería lo que más me dolería que marchase de vuestras manos, pues la adquirimos de una manera que guarda recuerdo de todos aquellos que con tanto entusiasmo reorganizamos la sección de deportes y que algunos ya no volverán más a jugar con ella, ni con ninguna otra pelota. ¿Pero que podemos hacer? Es así y no lo podemos tomar de otra manera.
Cuando veas al Mimó, pregúntale si recibió una carta mía que hace bastante tiempo le escribí, y no he tenido contestación.
Continua dándome noticias de los amigos Renom, Jané, Muntasell, y demás, ¡ah! Y del Arbiol ¿qué sabéis?
Hasta en encontrar colocación, han tenido suerte la pareja inseparable, del escandaloso Ratgen y su segundo Piñot , me alegro, a ver si pronto tenéis esa suerte todos vosotros. Me figuro al Ratgen uniformado con su camisa azul hecho un perfecto “flecha”, él y Jornet deberán ser gastadores, ¿no?, su estatura les podrá dar para ello.
Creí que tu cuñado era más joven, celebro que sea de la 28, seguramente ya se encontrará licenciado entre vosotros ¡qué suerte!; ves, poco a poco las cosas vuelven a su cauce, también me alegro que tu hermana Teresa tenga noticias de su “futuro”. Mis dos hermanos ya me han escrito, los dos están en el ejército, les daré tus recuerdos y tú recíbelos de su parte, pues estoy seguro que así me lo dirán ellos.
Como dices que dentro de tres días volverás a escribirme, el problemita, si es que lo resuelvo, pues aún no lo he hecho, al contestarte te pondré la solución (exacta o no), de lo contrario si esperaba enviarte esta, hasta tenerlo resuelto, posiblemente se juntaría con la que desde ahora espero, cosa que quiero evitar.


“SEGUNDA PARTE DE LA CARTA ES INEXISTENTE O ESTÁ EXTRAVIADA”.



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