Piedrabuena, 10-7-1939
Simpática amiga Francesca: ¿a que será debido que,
contrariamente a mi voluntad, se me juntan muchas veces dos de tus
cartas para contestar?. Esta vez son las del 20 del pasado que me
llegó el 7 de éste, y la del 1º que la recibí ayer. Pero, que
importa, culpa nuestra no es, contestaré las dos en una, aunque
difícilmente seré tan extenso como tú, pues no tengo apenas nada
para explicarte.
He recibido tu fotografía, ¿que habré pensado?, pues que
estáis más que bien, ¿quién al verte no se va a enamorar de ti,
simpática amiguita? Con esa cara tan jovial y agradable sonrisa.
Deben tener razón los que dicen que tu sangre es dulce, y comprendo
que, hasta esos “preciosos” (tampoco yo quiero enfadarlos, no sea
caso que lo pagues tu) animalitos se vean atraídos por tu ...dulce
sangre.
¿Que quisiera yo, si no quitarte esa preocupación?, pero no
creo que lo que no se ha sabido resolver entre toda la “prole” lo
resuelva yo. Esos atrevidos mosquitos merecen más que palos, ahora
que, no vayas a empezar a palos con ellos, pues tendrías para rato;
vale más que hagas uso de otro insecticida más eficaz. Quizás si
en tu habitación te envolvieras en una mosquitera, o sencillamente
que pongas un negro a tu servicio con un abanico-espantamoscas y que
constantemente esté haciéndote aire. ¿Te parece bien?; y si no
otra cosa, vente aquí y así te verás libre de esos animalitos que
te tienen preocupada, pues solamente son las moscas, el sofocante
calor y el aburrimiento las principales cosas que nos molestan, pero
la verdad, mosquitos no hay.
Para las moscas, tenemos buen remedio, cerramos las puertas
menos una, de la habitación en que dormimos, y provistos cada uno de
una bandera de las de transmisiones, las echamos fuera pacientemente.
De esta manera, logramos pasar algunos ratos sin tener que soportar a
esos molestos insectos.
El calor y el aburrimiento son más difíciles de combatir, se
puede decir que los combatimos al mismo tiempo. ¿Cómo?. Solamente
tenemos dos cosas en contra de esas dos molestias, son: la “tasca”
o taberna (no te rías ni malpienses, soy prudente y apenas bebo),
donde pasamos ratos algo distraídos y otra manera de combatirlos es
ir al río a bañarnos, a 3 km. del pueblo; allí hay arboleda, y se
está bastante bien, lo peor es el camino de ida, que tenemos que
hacerlo después de comer, cuando más fuerte es el calor y que no
precisamente lo hacemos en camioneta sino que lo recorremos a pie.
Pero que importa un rato de cansancio, si al llegar allí y tomar el
agradable baño se olvida lo que se ha andado. Así es que puedo
decir que no nos vamos a evaporar, sino que nos estamos evaporando,
pues cada día nos estamos quedando más delgados. Solo he de decirte
que el barómetro ha llegado a marcar 52º.
Supongo habréis recibido ya mi respuesta a la colectiva, en la
que os notificaba mi retorno al batallón y por consiguiente mi
partida de Ciudad Real. Lo sentí mucho, pero … que más da, estoy
acostumbrado a los duros golpes, y ya no viene de uno. También os
decía que me habían puesto de asistente, pues ya no lo soy, vuelvo
a estar como antes en la sección de enlaces y transmisiones, junto
con mis antiguos compañeros.
Sintiéndolo mucho, no puedo invitarte como tú lo deseas, a ir
con el camión al Guadiana. Eso no quiere decir, que si te parece lo
solicitaré de aquellos que han sido mis compañeros durante el
pasado mes, para que nos dejen ir con ellos, ¿entiendes?, no dudo
que accederán.
¿Que como me han pasado las fiestas?. Casi, casi que si no
fuera por lo que me decís tu y mi hermano, (que también me ha dicho
habría tenido el gusto de bailar contigo) no me entero de que habían
pasado. Unicamente han hecho aquí dos veces baile, pero para los
oficiales. Así es que ¿cómo voy a aprender a bailar, si desde que
salí de esa, apenas he visto un baile?.
Por lo que veo, vosotros disfrutáis de lo lindo ¡cuánto me
gustaría acompañaros en esas brillantes fiestas!, seguramente que
como el Renom y los otros, sabría ya bailar. Celebraré que
continuéis divirtiéndoos.
Tal como te supones, circulaban por aquí estos días unos
rumores, según los cuales dentro de breves días partimos para
Galicia ¡con las ganas que tengo de dejar estas cálidas y aburridas
tierras manchegas!
Si vamos a Galicia, posiblemente me cambiaran la dirección,
quitando la Estafeta; no me escribas pues hasta que no te notifique
mi nueva dirección, o te desmienta ese agradable rumor. Referente a
ir a Sabadell me parece que tardaré bastante.
Da como siempre recuerdos a todos los amigos y a tus familiares,
y tú recibe el más cordial saludo de tu buen amigo,
Rogelio Izquierdo
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