Alcalá de Henares, Domingo 28-9-41
Srta. Francesca Lladós
Sabadell
Querida amiguita: Las maldiciones
que dijo Noé cuando aguantaba los torrentes del Diluvio Universal
deben ser una bicoca comparadas con las sanguinarias palabras con que
las que tú debiste juzgar mi fresca conducta. En efecto, después de
haberte asegurado cínicamente que volvería otro día a saludarte me
despedí a la francesa. Apelo a tu bondad para que perdones esta
ligereza. Gracias.
Este permiso a pesar de ser
relativamente largo me ha resultado extraordinariamente aburrido;
unos cuantos “flirteos” insustanciales, unos viajes a Barcelona y
para de contar. Mi moral, bajo la influencia de los acontecimientos
internacionales, no estaba en condiciones de asimilar las variadas
formas de disfrutar que se me han presentado.
El viaje de vuelta lo efectué en
un vulgar correo que a la velocidad espantosa de 20 Km/hora
aproximadamente, me llevo al pueblo de Cervantes empleando un tiempo
de 25 horas.
¡Casi nada! Al bajar del tren mi
apariencia debía ser la de un gran accionista de “La Carbonera
Industrial, S.A.” Qué le vamos a hacer, ¡excelencias del material de la
M.Z.A.! (Madrid-Zaragoza-Alicante)
Al incorporarme a la base me he
encontrado sorprendido por una serie de nuevas, buenas y malas.
Entre las buenas figura la de que
he sido nombrado instructor de mecánicos de un grupo de aparatos de
los más modernos, pero las malas lo son de verdad pues han tenido la
virtud de cambiar totalmente mi vida actual.
Si mal no recuerdo, alguna vez te
había dicho que mi vida transcurría de una forma muy plácida es
decir sin verse molestada con esta serie de servicios propios de la
vida militar y que tan poco pueden gustar a los que no llevamos
sangre chusquera en las venas.
También debes saber que el tipo
perfecto de “militar” es aquel que tiene el honor de contar entre
sus virtudes y defectos la de ser jugador, calavera y sobre todo un
ferviente adorador del Dios Baco.
Ahora bien, hace unos días que un
sargento de tropas de aviación, tuvo la mala idea de empinar el
codo un gran número de veces con la consecuencia inevitable de que
al acabar iba como un velero sin timón. En plena euforia vinícola dio una
serie de espectáculos más o menos edificantes en la vía pública,
hasta que se retiró a descansar.
Esto no tendría nada de
particular pero me llevó a lo siguiente, si tienes paciencia para
seguir leyendo.
A media noche el señor sargento
se levantó y bajo los efectos de las libaciones tuvo la idea de bajar
de un segundo piso por la ventana, en lugar de hacerlo por la
escalera, que es como Dios manda. Total que al llegar abajo se dio un
grave batacazo con fractura de la base del cráneo y la muerte a los
dos días. Tal gesta ha sentado como una patada en el espinazo a
nuestro Jefe de grupo y como consecuencia ha dictado una serie de
medidas draconianas que constituyen nuestra pesadilla.
Ahora tenemos que ir a vivir al
campo y yo espero que con un poco de influencia conseguiremos
permisos para hacer guardias, cuarteles etc. Tampoco podemos vestir
de paisano y para velar por el cumplimiento de estas órdenes ha
establecido una serie de vigilancia en Madrid y Alcalá.
Para que veas que hay palabra, te
adjunto la foto que te prometí.
Este mes sólo he hecho un vuelo
de 25 minutos, pues se nota la falta de gasolina.
Los últimos días del permiso fui
a visitar a la Sra. Matilde y no pude hacer lo mismo con el Sr.
Escoda, pues mi padre tuvo la mala idea de ponerse enfermo,
afortunadamente ya ha mejorado.
Por hoy nada más, pues ya sería
abusar de tu paciencia. Recuerdos a todos los amigos y amigas así
como a tu familia, y en cuanto a ti recibe el afecto de tu mejor
amigo.
Ramón
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