viernes, 25 de julio de 2014

Francesc Raspall 12 de Enero de 1940




HOSPITAL MILITAR
DEL
GENERALÍSIMO FRANCO
BILBAO
12 de Enero de 1.940.
Srta: Francesca Lladós Castellet
Sabadell
Apreciada amiga: A su tiempo recibí la tuya, la cual contesto con un poco de retraso, lo cual tendrás de perdonarme.
Hay una causa que seguramente puede justificarme un poco. El cambio de dirección. Te contaré. El Hospital en que estaba antes, ya no existe, nos han trasladado a otro. Iralabarri se llama, como comprenderás, con el trajín del traslado, a más el organizar de nuevo la documentación, expedientes, etc; nos ha representado un poco de trabajo, tanto así, que nos hemos pasado poco más de diez días sin salir a pasear. Ahora ya de vuelta a la acostumbrada normalidad, me apresto a escribirte.
Pocas cosas tengo hoy por contarte. Estoy de guardia en la oficina. Fuera está nevando. El frio se deja sentir bastante; parece que el Año Nuevo ha venido con mucha frescura. ¡Año Nuevo!, vida nueva… ¡quién no ha hecho al principiar el 1940, sus planes, sus proyectos, para emprender una vida nueva!... Yo también los he hecho… Al transcurso del tiempo, se agravan más los problemas de lo que ha de constituir nuestra vida futura. Tengo frente a mí, la perspectiva de unos ocho o diez meses más de “mili”, perspectiva que no me asusta, pues como sabes estoy en un buen destino. No obstante no deja de preocuparme el que con mis 21 años próximos a cumplir (el día 14 de éste mes), sin oficio ni carrera acabada, tenga que afrontar nuevamente dentro de poco menos de un año, los problemas y las preocupaciones de la vida civil… Claro que podré entrar a trabajar en un Bar, del cual mi padre es socio capitalista, pero no me resigno, aún cuando mis estudios son pocos e incompletos, a ser un triste camarero toda mi vida. Tu sabes que en éste mundo, todos ambicionamos algo… y natural es que yo también lo ambicione. Veremos si con voluntad, que no ha de faltarme (aunque esta a veces de poco vale), puedo salir airoso…
Perdona éste pequeña expansión, es quizás propio del ambiente en que vivo.
De la tuya te diré que no me ha extrañado tu retraso, más cuando ya estaba advertido con anterioridad. Me entusiasma la idea de verte ocupada como dices, y más si cabe, en una labor que haces a gusto.
Me dices que la disminución de tu correspondencia es de tan ínfima importancia para nosotros, que casi podríamos calificarla de nula. Para los otros, no sé que representará, pero para mí es de tan gran importancia, que de perderla, me sentiría tan apenado, como con la pérdida de un hermano.
Referente al programa de las “fiestas pasadas me limitaré a decirte que no lo he pasado del todo mal, pero como en casa tampoco, ni mucho menos.
Por hoy no te haré mi acostumbrada sección de “información”, pues el sueño ya empieza a apoderarse de mí; son las once y media, y la cama me aguarda.
Recibe un afectuoso saludo, que espero hagas extenso a tus familiares, de éste tu amigo incondicional
Francisco Raspall
Ni nueva dirección:
Jefatura de Sanidad Militar de Vizcaya
B i l b a o

Perdona las faltas de la máquina, pues he cambiado y aún no la conozco muy bien

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