27.06.38
Muy
amiga Francesca,
Ayer
por la noche recibí tu carta del 20 que ya hacía unos días que
esperaba, me extraña que tardara tres semanas como dices tú a
escribirte seguramente se debía perder alguna.
Veo
que ya estás acomodada en el Instituto y que te encuentras a tu
gusto, eso me recuerda a cuando yo estaba estudiando en Francia, con
el grupo de compañeros inseparables que todo lo arreglábamos o
destrozábamos y que hasta ahora han sido los días más felices de
mi vida. Veo también que la manutención no es demasiado admirable, pero
paciencia. Nosotros también, si no fuese porque ya estamos
acostumbrados también nos quejaríamos pero ya está bien, es la
guerra, creo que vosotros debéis decir lo mismo pues es lo de cada día.
Los
tres enmascarados continúan con sus entuertos, ya debes saber de
quién se trata, de Izquierdo, Lladó y de un servidor, aquí ya
encontramos fruta de todo tipo, ensaladas de tanto en tanto, todo
esto acostumbra a salirnos baratito, aunque la fruta nos la tenemos
que comer verde, de otra manera a su tiempo no habrá ni rastro,
además preferimos dormir al raso y en el suelo, no en la paja pues
resulta que si durmiéramos en ella a la mañana siguiente nos
encontraríamos en el otro lado de la sala transportados por un montón
de tanques de razas diversas, si no fuera porque cada día se hace un
repaso, y hemos conseguido tenerlos a raya, de otra manera aquí
corren y aunque no quieras se imponen.
Ves,
el sello escogido pensaba que era otro pero ahora ya veo que no
hubiese resultado pues había un exceso de términos, era uno que
además tenía el sello de la ciudad y una lanzador, estoy contento
de ver el primer dibujo reproducido, eso es todo lo que yo deseaba al
presentar los originales. Me gustaría poder decir lo mismo
de la tarjeta que en mi última ya te hablaba de ella, te agradezco
los ánimos inmerecidos aunque me gustaría mucho poderte decir alguna
cosa bien pronto.
No
sé qué mal aire ha pasado por Sabadell, todos nosotros recibimos
noticias diciendo que si por allí decían quien sabe las desgracias
que nos habían sucedido, como puedes ver al menos los que estamos
aquí no nos ha pasado nada. Ahora te diré una mala noticia de un
compañero del Instituto y del grupo de la leva del 40 se trata de
Pascual, tal vez ya estarás enterada pero tengo que decirte que está
muerto, otro compañero que hacía unos días que no sabíamos nada
nos ha escrito dándonos la mala noticia que te acabo de decir.
Izquierdo
dice que ya ha escrito tres cartas y se extraña de que vosotros los
del Instituto no las hayáis recibido, seguramente uno de estos días
las recibiréis.
El
otro día escribimos a la F.A.E.E.P. Espero que ya la habréis
recibido y que nos contestaréis, espero también que tú continuarás
manteniendo junto con las demás compañeras el fuego de la
federación y la entrada en el instituto no nos privará de un
elemento tan indispensable como eres tú, ya que sin ti aquello
perdería un 100 %.
En
el sitio donde estamos hay mucha agua y por los regueros buscamos
cangrejos de río, ya hemos comido y resultan muy buenos, lo que es
más divertido es la hora de cazarlos y también cuando es el momento
de tapar los regueros. Los encontramos más buenos que los langostinos.
Hoy
en un pueblecito a pocos quilómetros de aquí donde nos encontramos
hacen una fiesta como la que días atrás hicieron con nosotros y que
ya te conté, a nosotros nos han dado permiso para poder ir, ahora
cuando acabe esta yo y Izquierdo nos afeitamos y vamos para allá.
A
ver si en tu siguiente carta me pones la letra de “Liruka-ha”
tenemos muchas ganas de cantarla.
Ahora
para terminar te diré que si fueras mi hermana podría poner querida
Francesca me despido de ti, etc. etc. pero como no lo eres ya sé que
te enfadarías y por tanto por ahora me tengo que contentar con poner:
Se
despide de ti.
El
compañero J. Ribas
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