Pontevedra 2-10-39.
A
Francesca Lladós
Sabadell.
Simpática amiga
Francesca: por fin quizás lograré que, una vez puesto a escribir,
lo haga en toda la extensión que yo deseo y no me interrumpan hasta
darle fin.
Te he escrito varias
veces después que salí de la muy Noble Ciudad, pero esta será la
que podríamos decir “anula las anteriores”.
Figurate que estábamos
en Mondoñedo esperando hacia días, que llegara la festividad de la
Virgen de los Remedios, que es la patrona de aquella a la que dicen
Ciudad. Se nos presentaban bastante animadas, teníamos ya una
amistad con la gente del pueblo, que estaban muy contentos de
nosotros porque les ayudábamos a organizar las fiestas y cooperar en
ellas de una manera efectiva.
Un Capitán muy divertido
del Batallón al mando de toda su compañía (en la que hay muchos
catalanes) fue el que se encargó que por parte del Batallón no
faltaran festejos. Prepararon: banderitas, guirnaldas de papel,
disfraces, y lo más atrayente fueron las carretas o carrozas
tiradas por vacas y adornadas con bastante gusto, en la que
cabalgaban unas hermosas galleguitas que tiraban a los espectadores
confeti y serpentinas.
Esto se celebró el día
9, bien entrada la noche, formando comitiva las dichas carrozas,
varios caballos engalanados, las guirnaldas llevadas por soldados,
disfraces o máscaras que llevaban farolitos de papel encendidos,
los gastadores, trompetas y … ¿qué más? Los espectadores en
tropel, que una vez pasada la alegre comitiva, seguía tras ella
hasta el “Campo” o Alhameda, donde se disolvió el cortejo y dio
comienzo al baile extraordinario, bajo los arcos de papel y las
múltiples banderitas de colores y más nº de luces también de
colores variados. En conjunto resultaba bastante bien aunque no
dejaba de ser festejo pueblerino. Esa noche fue la de mi “debut”
en el baile, si señora si, bailé varios pasodobles y creo que no lo
hice del todo mal, pues mi… pareja ni tan solo protestó.
Al otro día que era el
que mejor habíamos de pasar, tuvimos la mala suerte de tener que
dejar Mondoñedo, la Comandancia Militar y los agradables habitantes
de la muy noble, leal, fiel y excelentísima Ciudad.
Fuimos a parar a Lugo, en
un cuartel de las afueras, donde me destinarán para ordenanza de la
sala de banderas; me encontraba muy aburrido y ni tan solo tenia un
momento para ir de paseo.
Afortunadamente un día
pasó por mis manos un oficio pidiendo al batallón escribientes para
la Plana Mayor del Regimiento. ¡Yo siempre al tanto! tuve buen
cuidado en encargar al oficinista que me incluyera en la lista. Esa
fue la manera de cómo yo pasé a la Plana Mayor del Regimiento donde
estoy actualmente.
Aunque muy retardada, he
recibido la tuya del 11, la que ya hacia días esperaba. ¡Con que
impaciencia espero el día que pueda venir, aunque tan solo sea unos
días! mucho me gustaría poder estar entre vosotros y poder saludar
a todos aquellos que convivieron con nosotros y que hacen su vida
separados de nuestra ciudad.
Si, la verdad es que no
envidio al amigo Rey, y le deseo pronto se restablezca.
No me extraña en nada lo
que han hecho con la Escuela, ¿por qué no os querrán a vosotros?
¡veo que el director y demás vuelven a ser los mismos! ¿qué
profesorado hay?. Muchas gracias por el programa ¿sabes si se habla
algo de formar otra A.A.E.E.I. o hacer resurgir la misma? ¡otra como
aquella, ya no puede ser!.
Felicito a la amiga Homs,
y no digo más porque el silencio que me recomiendas me obliga a
ello.
Espero que pronto volveré
a tener noticias tuyas, y de los demás también, y que las fotos
vendrán más pronto de lo que parece que Castells piensa enviarlas .
Tu más que incondicional
amigo a la potencia que tú quieras
Rogeli Izquierdo
Contrariamente a lo que
quería, esta la he escrito en dos veces, con bastante intervalo de
tiempo.
Recuerdos a tus
familiares y a todos los demás amigos
R. Izquierdo
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