lunes, 8 de abril de 2013

José Aloy Anell 1 de diciembre de 1939


Gironella, 1-11-39

Sirvan estas líneas para rendir un homenaje sentidísimo a la memoria de José Canet en nombre de una amistad forjada en momentos de ensueño juvenil y de superación continuada.

El hado adverso segó una vida en flor cuando más podía esperarse de ella. Grande fue el dolor de los que nos contamos como amigos suyos; y es que la amistad, cuando es plenamente sentida, adquiere categoría de parentesco y más en nuestras edades juveniles pletóricas de sanas ilusiones y de quimeras aladas.

La vida tiene sus momentos de dolor. Demetrio nos dijo referente a ella estas palabras magníficas: “Nada me parece más digno de lástima que un hombre a quién jamás sucedió cosa contraria.” Y Séneca dice: “¿Por qué prueba Dios a los mejores con enfermedades, luto y otros males?”. Por lo mismo en la guerra se ordena lo más peligroso a los más valientes.

El esfuerzo llama en sí a los mejores.

José Canet, amigo del alma; tu recuerdo estará siempre presente en mí, para ti serán mis oraciones y mis súplicas. A tus familiares renuevo la expresión de sincera condolencia.

A mi memoria acuden las palabras del filósofo: “Le parecemos a Dios dignos de que se pruebe en nosotros cuanto es capaz de resistir la naturaleza humana”.


José Aloy Anell

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