miércoles, 27 de noviembre de 2013

Ramón Batalla 26 de Febrero de 1942




 Alcalá de Henares, 26 de Febrero de 1942

Señorita Francisca Lladós

Sabadell
 
Querida amiguita: Por la presente me place mucho acusar recibo de tus amables saludos desde Zaragoza, que por cierto me honran en extremo ya que no contaba yo con que tú me tuvieses en tanta consideración.
 
Mi anterior carta todavía no ha sido contestada y ahora solamente te tocan dos o tres líneas equivalentes al texto de una postal, pero como hoy me siento magnánimo seré un poco más extenso pues te mereces esto y mucho más.
 
Como me figuro que tu estancia en la capital del Pilar habrá sido breve, ya la habrás aprovechado para ver aunque sea solamente superficialmente sus bellezas que no son pocas precisamente. Ya sabes que no siento ninguna pasión por el deporte muscular pero no dejo de sentir una gran alegría cuando tengo conocimiento de alguna victoria deportiva de los de mi tierra. Siempre habría dicho que el equipo del Sabadell en esta especialidad de la pelota, era de poca monta, pero la realidad se encarga de demostrarme que hasta es capaz de realizar “torneos” deportivos por campos forasteros con garantía de no hacer un mal papel. Mi enhorabuena y deseo que siguiendo vuestros éxitos tengáis la idea de personaros en los “Madriles” con la seguridad de que ese día será un acontecimiento para mí.
 
En tu próxima ya me describirás un poco este éxito, pues estoy rabiando por saber más detalles; mi imaginación ya te va dando una paliza a las bellas judoras del Foro.
 
Está mal hecho utilizar la primera persona al hablar pero apelo a tu buen corazón para obtener el perdón correspondiente a la falta que voy a cometer.
 
En la tuya ya hablarás de ti, ahora te hablaré de mí. Muchos mortales pululan por estos mundos de Dios pero ninguno hay tan desgraciado como yo y sino tu misma podrás juzgar cuando acabes de leer las continuas desventuras que a continuación te detallaré.
 
Primeramente empezaremos por la cabeza que ya sabes que es un artefacto que lucimos encima de la espalda y que sirve para aguantar el sombrero y otras cosas. Ahora bien, por lo que se desprende de su actuación, todos los plumíferos y mamíferos enchufados que tienen su “modus vivendi” en el Ministerio del Aire se han confabulado en contra de los pobres que les estamos ganando el sueldo y a tal efecto han dictado una disposición en virtud de la cual nos concedían a todas las clases de tropa permiso para cortarnos el pelo al estilo alemán que equivale a dejarse la cabeza como un cromo. Antes de pelarme a estilo germánico he decidido hacerlo según se hace en el Ejercito Español y así se puede ver como actualmente tengo una cabeza más brillante que una bola de billar.
 
¡¡Ah, ingrata!!! Desde aquí estoy viendo como te ríes al imaginarte mi triste figura sin un triste pelo, pero espera que aquí no se acaba mi desgracia.
 
Enseguida te hablaré de lo que le pasa a mi corazón... ¡¡no, no !!! no te asustes, mujer que no voy a hacerte ninguna declaración amorosa. El corazón como tu sabes es un aparato que tiene la propiedad de facilitar una sana fuente de ingresos a los médicos que lo entienden cuando empieza a fallar; otros lo utilizan para lucirlo con la misma tranquilidad que exhibirían un paraguas nuevo o bien una chaqueta tres cuartos de nueva creación pues es bien sabido y corriente el dicho de “este hombre va con al corazón en la mano…..” Como todo, es susceptible de despertar la codicia de los ladrones y más de una vez se puede ver algún jovencito que, poniendo los ojos en blanco, dice: “Esta chica me ha robado el corazón”, en fin no quiero extenderme en más divagaciones e iré al grano. Ya te dije que actualmente tenía un dulce idilio con una "pubilla" de Terrassa, pues bien, ni esto, su comportamiento conmigo no me acaba de gustar y a ella no le gustaba el amor por carta.
 
Epilogo: Que ya tengo una nueva y fenomenal cucurbitácea en mi “haber amoroso”. Yo creo que todo esto que llevo dicho es suficiente para invitar al más pintado a probar las delicias del suicidio, pero no acaban aquí mis penas.
 
Ya te había dicho que periódicamente recibía unos boletines de prensa en mi domicilio que me ponían al día de lo que pasa en el lavadero internacional; pues bien, por lo que se ve esto es un delito grave y la Jefatura de Policía así se lo hizo saber a mis Padres. Una carta mía, unos padrinos bien buscados y otras cosas han hecho que la cosa no tenga consecuencias, pero de momento ya me han fastidiado.
 
Todavía te podría detallar otras calamidades que se resumen en una: ser especialista del ejército del Aire.
 
Me consuela la idea de pensar que solamente me quedan 21 meses de permanencia en filas y que pasado este tiempo podré reintegrarme, si no hay novedad, a la vida civilizada.

Espero tus nuevas, mientras recibe el afecto que te profesa tu amigo,

 

Ramón
 
 

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